Eva, con su altura, belleza y unos ojos que hipnotizan, no defrauda frente a la cámara. Siempre contagiando su alegría y simpatía a los que la rodean. Con ella comencé una nueva etapa fotográfica, gracias a su amiga Marta, que me ha acompañado desde entonces en todos mis trabajos como ayudante, maquilladora y estilista. Y esto no ha acabado pues espero poder realizar más sesiones con ella… si vuelve algún día de Holanda. Disfrutad de su rostro.